Muchas veces, al hablar de temas de marketing o publicidad tenemos la (falsa) idea de que estas son palabras que van dirigidas hacia grandes firmas especialmente enfocadas hacia las personas adultas, sin embargo, el sector de los más pequeños ha cobrado una gran importancia en el mundo del consumo ya que también ayudan a generar una cantidad importante de ganancias. Los niños son bombardeados por mensajes de marca desde hace mucho tiempo: en productos de consumo diario, en los medios de comunicación, en los juguetes de regalo en los restaurantes de comida rápida y, más recientemente, en Internet y todo el contenido que se genera cada minuto, por lo que no es extraño que, niños con tan solo dos años, ya reconozcan símbolos, logotipos y marcas específicas y comiencen a pedirlas tan pronto como empiezan a hablar.
Por otro lado, también sabemos que una parte importantísima para crear una estrategia de marketing exitosa, es conocer y establecer el target hacia el que se va a dirigir. En el caso de los anuncios que van hacia los más pequeños, son varias las consideraciones que se deben tomar en cuenta. Para empezar, recordemos que, aunque los niños son considerados como “público indirecto” por el hecho de no ser ellos quienes tienen el poder adquisitivo para comprar algún producto, son una gran influencia para quienes cuentan con el recurso para consumir, generalmente, sus padres.
Además, los niños más pequeños no suelen diferenciar entre el entretenimiento y la publicidad, si es atractivo para ellos, pueden prestar la misma atención a un comercial que a un capítulo de dibujos animados. De aquí radica la importancia de generar mensajes que, no solamente sean llamativos para los pequeños, sino que también sean cuidadosos en su narrativa y su objetivo, pues al final de cuentas, las mentes de los niños y las niñas están listas para absorber todos los mensajes que reciben.
Es por ello que surge el marketing infantil que, como su nombre indica, son estrategias de venta que se enfocan exclusivamente en los niños. Cada vez son más las empresas que se centran en ellos, pues no solo consumen todo tipo de artículos, sino porque en un futuro, se convertirán en otros clientes y consumidores en potencia.
Cuando llevamos a un niño a un centro comercial o a un supermercado, con total seguridad vemos que quiere uno u otro producto. Los niños piden lo que ven y de todo lo que piden, puede que sus padres gasten dinero en comprar lo que estos quieren. Si el sector infantil se sienta delante de la televisión y ve en la publicidad un tipo de galletas o de juguete, con total seguridad cuando llegue al supermercado quiera dicho producto, y por lo tanto, los padres compren.