El nuevo marco regulatorio en materia de instituciones financieras alternativas, protege, promueve e impulsa el emprendimiento en el país y lo coloca como el mayor hub en la región.
Gracias a la globalización y el desarrollo tecnológico, el fenómeno de las empresas fintech se ha expandido de tal forma que los gobiernos, las autoridades e instituciones del sector financiero han propuesto medidas para regular el crecimiento de estas entidades.
México no ha sido la excepción. Actualmente, el país es uno de los líderes en América Latina con 334 startups financieras, sólo por debajo de Brasil, con un ecosistema de casi 400 fintech, según datos de Fintech Radars Brasil.
Ante este crecimiento, en marzo de este año se promulgó la Ley de Tecnologías Financieras. El documento, que consta de 145 artículos, se creó con el propósito de controlar la organización, operación y funcionamiento de estos organismos, dar seguridad, proteger a los usuarios; así como impulsar el emprendimiento en el país.
“La ley regula los servicios y es la base para lo que viene; modificará ordenamientos e impactará en la regulación del capital y control interno de las instituciones fintech. Otro motivo verdaderamente importante es que busca ser una medida de prevención del lavado de dinero y combate al terrorismo”, asegura José Díaz, Legal Adviser en Billpocket, empresa fintech mexicana que ofrece soluciones a los emprendedores para crecer sus negocios.
Con la aprobación se espera un efecto positivo en el que las transacciones en el sector de las fintech aumenten 17.3% anual por los siguientes cinco años. Este año, el valor total de las entidades financieras alternativas será de 36,439 millones de dólares y para el 2022, de 69,000, asegura la Asociación Fintech México.