Año nuevo, nuevos hábitos. Con el inicio de 2025, muchas personas en América Latina están replanteando su relación con las redes sociales, buscando equilibrio entre lo digital y lo offline. Este fenómeno, que no es nuevo pero sí creciente, plantea un reto interesante para las marcas: ¿cómo mantenerse relevantes sin saturar a los consumidores en un entorno donde la desconexión digital se está convirtiendo en prioridad?
Según Statista, reducir el tiempo en redes sociales es uno de los propósitos de año nuevo para muchos usuarios en la región. En Brasil, el 34% de las personas planea limitar su consumo digital, seguido por Colombia con 33% y Perú con 31%. En países como México, Chile y Argentina, el interés también está presente, con porcentajes entre 25% y 29%. Este comportamiento responde a la necesidad de priorizar la salud mental, reducir el estrés y fomentar experiencias más auténticas fuera de la pantalla.
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Para las marcas, este cambio no representa una amenaza, sino una oportunidad. Steffy Hochstein, Digital Director en another, señala que esta tendencia invita a repensar las estrategias digitales y explorar nuevas formas de conectar con los consumidores. “Las marcas que logren integrar experiencias significativas fuera del entorno digital fortalecerán su relación con sus audiencias. Iniciativas como Veganuary o Enero Seco son ejemplos de cómo las empresas pueden sumarse a movimientos alineados con valores compartidos, promoviendo bienestar y sostenibilidad sin depender exclusivamente de las redes sociales”, explica Hochstein.
En este nuevo panorama, las activaciones presenciales cobran relevancia. Eventos como talleres de cocina, experiencias inmersivas, sesiones de meditación o actividades deportivas se convierten en puntos de contacto clave para las marcas. La clave está en ofrecer espacios que no solo promocionen productos, sino que generen un impacto positivo en la vida de los consumidores. Además, explorar medios alternativos como impresos, publicidad en exteriores o eventos locales puede ser una estrategia efectiva para mantenerse presentes sin saturar los canales digitales.
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El desafío para las marcas en 2025 no será solo captar la atención de sus audiencias, sino hacerlo de una manera más humana, auténtica y relevante. La desconexión digital no es un obstáculo, sino una invitación a innovar en la forma en que nos comunicamos y creamos experiencias que realmente resuenen con las necesidades de las personas.