Utilizar datos duros en el storytelling de nuestras campaña de relaciones públicas en las marcas o compañías no significa ilustrarlas con cientos de gráficos, tablas y números fuera de contexto o sin una narrativa que los describa. Si bien los números nutren el contenido editorial y le dan mayor relevancia, hay que saber cómo emplearlos y presentarlos a nuestras audiencias.
Debemos tomar en cuenta que los datos sirven de soporte para cualquier narrativa, pero si se carece de una historia alrededor de ellos, se convertirán en sólo cifras. El gran reto que tienen las marcas, los generadores de contenido y los medios de comunicación es discernir entre aquellos datos relevantes que comuniquen una tendencia e impacten en el día a día de los usuarios y aquellos otros que sólo son paja.
¿De dónde podemos obtener datos valiosos?
Toda marca o compañía B2B quiere convertirse en referencia y fuente, y para llegar a serlo es importante producir o recabar datos que, junto con una buena narrativa, retraten una tendencia, un cambio en el sector, o bien, reflejen el comportamiento e intereses de los usuarios y consumidores. Qué tipo de datos y de dónde obtenerlos son de las principales interrogantes cuando se trata de construir una historia con hard data.
Encuestas, consultas recurrentes de los usuarios, comportamiento a través de una app o plataforma web, aumento o disminución de algún indicador… todos son datos que pueden tomar relevancia a través del storytelling.
Tener un contexto
Para tomar relevancia, los datos deben vivir en un contexto. Tendencias anuales, celebraciones como Navidad, épocas como el verano, o temas de la agenda nacional son un excelente punto de partida para comunicar nuestros datos dentro de las historias. Sólo ubicadas dentro de un contexto, las cifras se convierten en información relevante y alcanzan el interés deseado.