A lo largo de los últimos años, muchos se han preguntado qué tanto vale la pena hacer contenido y pensar en una estrategia para ello, si resulta que “cualquiera” se puede hacer “famoso” subiendo cualquier cosa o si las televisoras siguen invirtiendo en producir contenidos “basura”.
Lo que hemos aprendido de todo esto es, primero que nada, que el contenido sigue siendo el rey y seguirá siéndolo por mucho, mucho tiempo. Lo que ha cambiado son los formatos, las duraciones, los lenguajes y, sobre todo, los propósitos. Esto último es importante porque los objetivos y métricas claves de tu marca no tienen que ser forzosamente los mismos que los de una televisora o los de un influencer que sube una foto y casi de inmediato tiene millones de likes. Además, ¿te has preguntado cómo es que esa persona llegó a tener “los números” que tiene? ¿Cómo llegó ahí? ¿Paga o no paga para tener más seguidores y likes? Hay que ir más a fondo para saber si vale la pena seguir su estrategia o no.
Todas estas preguntas, y otras, son importantes para entender el éxito de los mensajes y, por ende, de las personas o marcas que los emiten. Tener muchos clics o “corazoncitos” en tus fotos no es precisamente sinónimo de éxito, pues éste debe definirse de acuerdo a tus métricas y a tu estrategia, de tal forma que los mensajes que emitas contribuyan a alcanzarlo. ¿Qué es para tu marca el “éxito”? Sí, en algunas ocasiones pueden ser los clics o los “likes”, pero en otros puede que sea más importante para ti alcanzar cierto nivel de awareness o llegar a públicos muy específicos, que si bien no son tan “ruidosos” como los fans de un influencer, sí son claves para ti y para obtener ganancias.
Cada quien sus objetivos y su concepto del éxito, es por ello que debes ser fiel a tu estrategia de contenidos y cuidar mucho las decisiones que tomas al respecto. Veamos algunas de las peores.
1. “Dios que no es visto, no es adorado”.
Este dicho que seguramente recuerdas de tu abuelita (y puede que venga desde los griegos) es muy cierto en muchos contextos, especialmente en el marketing de contenidos. ¿Te has preguntado por qué hacemos tanto énfasis en la estrategia? Una estrategia está compuesta de varias acciones y herramientas para conseguir un determinado objetivo. Si estás pensando en crear contenidos para deleitar a tu público actual o para captar nuevos leads, ¡muy bien! Ya vamos de gane. Pero una vez que los hayas creado, ¿qué canal vas a usar para que lleguen a quienes les deben llegar?
Las redes sociales, los blogs o los mailings, por poner algunos ejemplos, deben formar parte de tu estrategia. De verdad, es muy poco probable que la gente encuentre tus contenidos de manera espontánea; debes pensar en su distribución. Muchas marcas dejan esto de lado y luego se preguntan por qué no están teniendo tráfico u obteniendo leads.
Otra cosa: cada canal tiene sus propios formatos y buenas prácticas. No basta con postear en Twitter, Facebook e Instagram el mismo contenido exactamente. O tal vez te funcione mejor emitir contenido en video, pero ¿estás seguro de que YouTube es la plataforma donde está tu público meta? Pregúntate todo esto antes de seleccionar el canal de distribución para tus mensajes.
2. ¿Dónde quedó el SEO?
Considerar un presupuesto para posicionar tus contenidos es una estupenda decisión con la que nosotros también te podemos ayudar, pero en el caso de buscar posicionamiento orgánico, tienes que considerar el SEO sí o sí. Hay muchas marcas que no saben lo que es y lo ignoran a la hora de emitir sus mensajes.
En casa pieza de contenido debes considerar aspectos como: